ARNICA
Esta planta también es conocida como tabaco de montaña y se ha utilizado siempre en la medicina popular.
Su origen está en Europa, crece de manera silvestre en las montañas y tiene un olor similar al de la manzanilla.
Las propiedades del árnica son principalmente antiinflamatorias. Su contenido en flavonoides, ácidos
fenólicos y amacina entre otros, conceden a esta hierba medicinal propiedades
analgésicas, antiinflamatorias, astringentes, antibacteriana y cicatrizantes.
Se recomienda sobre todo su uso externo, ya que al ingerir esta planta puede
provocar algún tipo de intoxicación, mareos o dolores de cabeza.
Sus propiedades pueden clasificarse en tres grandes grupos:
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Propiedades analgésicas que ayudan a aliviar el dolor de golpes, torceduras, contusiones
y otras lesiones.
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Antiinflamatorias debido al compuesto llamado helenalina.
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Propiedades antimicrobianas que pueden eliminar posibles irritaciones e infecciones de la piel.
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Alivia el dolor de traumatismos, torceduras, golpes o pequeñas lesiones.
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Elimina los moretones y previene su aparición.
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Estimula la circulación de la sangre y reduce la hinchazón.
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Combate los hongos y las infecciones bucales y las producidas por heridas en la piel. Para heridas en la boca,
lo ideal es realizar enjuagues.
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Cuida el cabello (champús naturales).
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Reduce el dolor en caso de distensiones musculares.
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Mejora el aspecto de la piel, combate el acné y evita la aparición de estrías.
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Combate la epilepsia.
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Alivia la tos.
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Se está estudiando su uso experimental para tratar células cancerosas del pulmón y de colon.
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Forma parte de tratamientos de homeopatía.
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Disminuye el picor vaginal (realizando lavados con la planta).
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Es adecuada en caso de dolores por artritis reumatoide.
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Se usa para tratar problemas respiratorios y relacionados con la garganta como las anginas y la faringitis.
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Es efectiva para evitar mareos en los viajes.